31.8.06

Eh! Pela-ná

Mi hermano pequeño, al que llamaré Goku, por no llamarle otra cosa, y yo, vivíamos en una islita del caribe, donde todavía hay gente que habla maya. Estos lugareños, son descendientes de la extraordinaria cultura Maya.

Estos Mayas eran tan inteligentes, pero tan inteligentes, que se auto-exterminaron antes de que llegaran los españoles, para así joderlos y no dejarles nada que destruir. Con dos cojones!!!

Los habitantes de la isla, les gusta presumir de su noble origen, e incluso reniegan de ser mexicanos. Tal es así, que conocí Mayas, que solo hablaban maya, e incluso, al ser un destino importante para el turismo yanki, algunos hablaban maya e inglés, pero no hablaban castellano.

Goku y yo aprendimos algunas palabras en maya, que por supuesto, eran palabras guarras, que es lo que primero que se aprende cuando uno se inicia en una nueva lengua.

Una de las expresiones que más nos gustaba, y que todavía usamos Goku y yo, a modo de saludo, es: Pela-ná (la escribo con caracteres occidentales, pues mi teclado no tiene símbolos mayas).

Siempre que nos vemos, nos saludamos: - Eh! Pela-ná, - Noooo, Pela-ná, tu…y así.

El significado de Pela-ná es: El queso de tu madre, y es que los mayas llaman al coño, queso.

Y aquí acaba esta lección de hoy, de cuestionable rigor científico y escaso interés, pero es tanta la presión para que escriba, que empiezo a bajar el listón, para ver si me votáis para que abandone la bloggoacademia.

Y ya lo sabéis, a partir de ahora, cuando nos veamos por la Bloggosfera, o incluso por la calle, nos saludaremos: - Eh! Pelanaaaaaaaaaaaaaaá!!!!

18.8.06

Street Collition, La leyenda

Dicen que los géminis tenemos doble personalidad, y es verdad.

En mi caso, somos más de dos, y no sabéis lo difícil que es la convivencia aquí dentro.

Uno de los habitantes, es un soñador incurable, y culpable de muchas de las consecuencias que sufro hoy en día en silencio.

Un día despertó queriendo ser una estrella del rock. Fue tal su convicción, que me obligó a abandonar el paraíso: Una islita caribeña, de playas blancas, sol eterno, peces de colores, y mi hogar durante cuatro años. Hijoputa!!!

Cantante no podía ser, por que mis cuerdas vocales no servían ni para tender la ropa.

Probé a ser batería, y busqué a alguien que fuera capaz de enseñarme a coordinar mis extremidades. No encontraba a nadie, hasta que conocí a un tipo que tocaba en las misas de una iglesia Adventista del séptimo día…yo, un fan de los Black Sabbath tocando en una iglesia, y encima, Adventista del séptimo día, ¿Qué coño era adventista?, y ¿Qué coño pasaba el séptimo día?

El tío pretendía enseñarme cumbias con influencia cristiana, cuando yo exigía un sonido más cercano a Judas Priest invocando a Satán, y mientras tanto, otro pavo intentaba convencerme de que ingresara en su rebaño. Al final se cumplió la profecía, y al séptimo día, me levanté, y me piré.

Quise probar con la guitarra, y esta vez tuve más suerte, no por mis facultades, no. Encontré un increíble colectivo de guitarristas, que no tenían ningún inconveniente en allanarme el duro camino de las seis cuerdas, y es que pronto se dieron cuenta de mi…talento, y se compadecieron de mi. En cualquier caso, guardo un entrañable recuerdo de este periodo de mi vida.

Con el tiempo me mudé de nuevo a Barcelona, o más bien a uno de los pueblos de la primera corona inmediata a la ciudad condal, un pueblo gris y aburrido, de cuyo nombre no quiero acordarme, marco ideal para que nada distrajera mi atención a la guitarra. Y así habría sido de no ser por uno de mis yo dominantes, más disperso que Aznar recitando el Señor de los anillos en inglés, indisciplinado y vago, y principal sospechoso habitual de mi fracaso escolar, tema que merece un post aparte.

Una tarde que estaba haciendo un solo de dos notas, recibí la visita de mi mejor amigo y mi hermano, para ver como iba progresando. Se aburrían, pero como iban pasados de porros, aproveché la ocasión, y les propuse montar el grupo de rock más importante al norte del río Ebro: Street Collition

Explicar el origen del nombre, desvelaría secretos trascendentales relacionados sobre mi verdadero estado de salud mental, por lo que de momento me reservo esta información.

Mi mejor amigo, al que llamaré Gran Notorius, para no revelar su identidad, y así evitar que lo localicen los de hacienda, tenía más o menos las mismas aptitudes musicales que yo, por lo que se decidió por el bajo, pues pensaba que al tener menos cuerdas le sería más fácil aprender. Mi hermano, al que llamaré Goku, por su enfermiza adicción a la serie Dragon Ball, tenía incluso menos aptitudes musicales que nosotros, pero por eliminación, solo podía escoger ser cantante o batería. Sus cuerdas vocales, son todavía hoy, motivo de estudio en una prestigiosa universidad cerca de Barbate, por lo que la elección era sencilla.

Gran Notorius, dejó de consumir sus ducados por un mes entero, motivo por el que Tabacalera rozó la bancarrota en el año 91, y pudo por fin comprarse un bajo en condiciones. Goku, que era el único que tenía trabajo estable, como donante de sangre, tenía dinero suficiente para comprarse una batería, pero no le alcanzó para comprarse los platos, lo que remedió temporalmente forrando con cinta adhesiva, vinilos de Enrique y Ana y Torrebruno. Esta circunstancia, y nuestra forma de tocar, nos hizo ganar muchos enemigos, envidiosos de que tres post-adolescentes pudieran generar tal cantidad de… ¿música?

Los ensayos en casa de mis padres dieron sus frutos muy pronto, y la comunidad de vecinos, nos pidió amablemente, que fuéramos con la ¿música? a otra parte.

Por suerte, mi abuela tenía una casita en el campo. Trasladamos todo nuestro arsenal, y acordamos que cada fin de semana iríamos a ensayar.

A pesar de nuestra música, parecía que los payeses de la zona no se quejaban, lo que me tranquilizó bastante, teniendo en cuenta que apenas unos meses antes, en mi etapa de director de cine, protagonicé cierto escándalo público, al correr yo y dos sujetos más, vestidos con taparrabos, caracterizados de indios aztecas, para el rodaje de un cortometraje.

Ensayábamos mucho, descansando solamente para comer, liar algunos porros, darle al whisky Dick, jugar al strip-parchis, y ver fútbol. A pesar de que tocábamos mal de cojones, hicimos nuestro el lema principal del manual elemental del padauan heavy: -“Si no sabes tocar, pon el volumen al 10”, y un día, por fin se nos recompensó con la visita del delegado de eventos del pueblo, que estaba interesado en que tocáramos en la fiesta mayor. Creo sinceramente, que este tío arrastraba secuelas por malos tratos, y se quería vengar de su padre que ese año había sido elegida “Reina de las fiestas”.

Es evidente que nuestra primera reacción fue de pánico. No estábamos seguros de si en realidad, el concierto lo habían organizado para asegurarse de que cuando terminaran las fiestas, la gente se iría derechita para sus casas y así evitar actos vandálicos, provocados por el exceso de alcohol o el abuso de extracto de tomillo, típico en este tipo de celebraciones rurales, o peor aún, temíamos la posibilidad de que se tratara de un linchamiento público, para obligarnos a abandonar el pueblo, o por lo menos la ¿música?

Pero poco a poco lo superamos, el whisky Dick nos devolvió el valor, y aprovechando las circunstancia de que yo sufría de personalidad múltiple, uno de mis yo, se proclamó en líder indiscutible de la banda, y en pleno delirio de grandeza, conjuró al resto de la banda, que estaban muy perjudicados, a que cumpliríamos con el compromiso, aunque fuera lo último que hiciéramos.

Al día siguiente, a pesar de la resaca, manteníamos intacta nuestra convicción, nada podría desmoralizarnos.

Para celebrarlo, decidimos dar un adelanto al pueblo, para que vieran lo que se les venía encima, y sacamos todo nuestro equipo al patio trasero. Goku, montó su batería, que para entonces ya tenía platos de verdad, lo que le hacía más letal, y además había añadido un bombo más a su arma de destrucción masiva. Gran Notorius, que ahora se hacía llamar Big Notorius, afinó su bajo con increíble precisión, teniendo en cuenta que con la otra mano preparaba un mai de dos papeles. Mientras tanto, yo iba conectando mi sarta de pedales, y ajustaba mi ampli, un poco apartado del resto, era la soledad del mando, pero mantenía firme mi convicción, pasara lo que pasara.

Cuando las primeras notas empezaron a sonar, todos los pájaros empezaron a emigrar antes de tiempo, especialmente uno que había sobrevivido a sus tres hermanos, en la famosa matanza aviar de Castellón.

Nos sentíamos pletóricos, con la adrenalina a tope, solo se oía nuestra ¿música?, quizás algunas persianas que se abrían, o se cerraban.

No tardó en venir nuestro primer público. Un Anciano y su nieto, se acercaron justo al margen del patio de la casa.

Big Notorius, me miró con esa mirada cómplice que hay entre los músicos, y enseguida entendí, miré a Goku, y no entendió nada, había enloquecido con tal cantidad de ruido. Volví a mirar a Big Notorius, que se había acercado a mí, con los típicos movimientos descritos en el manual básico del heavy guerrero, y enseguida le imité. La cara del abuelo era impasible, pero la del niño era de total sorpresa, no esperaba que dos adultos fueran capaces de hacer tales movimientos, sin sentir vergüenza.

Goku marcó el final de la pieza, con un solo de dos bombos, pues las baquetas no habían resistido, a la vez que Big Notorius, literalmente machacaba su bajo, para apagar un pequeño incendio provocado por la colilla del mai, y yo lo adornaba todo con mi famoso solo de dos notas. Fue un final increíble, irrepetible!!!

Nos miramos los tres, exhaustos, extasiados, satisfechos, y miramos al niño, que mantenía la boca abierta, mientras su abuelo subía el volumen a su sonotone. Se quedó mirando a su nieto, y le dijo: - “Estudia, si no acabarás como estos tíos”

No superamos el golpe. No cumplimos con nuestro compromiso, y tampoco hizo falta que nos echaran del pueblo.

La banda se disolvió debido a diferencias musicales, y por motivos de salud, la de nuestros padres.

Vendimos casi todos los instrumentos, a excepción del bajo de Big Notorius, que había sufrido quemaduras de tercer grado.

Y el resto es historia, bueno, ciencia-ficción.

Este relato está basado en personajes y hechos reales, si conoce alguno de estos tíos, o se siente identificado, disimule. Se ha dramatizado la historia, para que tuviera algún tipo de interés. Juro que ninguno de los animales de esta historia, ha sufrido ningún daño, que sepamos.

14.8.06

Permiso para aterrizar

Creo que he empezado este post tantas veces, que casi podría escribir un post sobre el tema.

A mi me cuesta escribir, quizás es por que tengo tendencia a ser perfeccionista, y tengo el gen del vago muy incrustado en mi ADN, combinas estas dos cosas y voila, un escritor frustrado.

Hago mía aquella frase de Víctor Manuel: Cada verso es un jirón de piel…

Tengo cierta vena creativa. Lo que pasa es que esta vena creativa lleva en coma 40 años. Siento que está ahí, en algún lugar de mi subconsciente, pero como vivo en el inconsciente, no logro despertarla.

He intentado darle salida a esta inquietud de muchas maneras:

Primero fue la música, y me compré una guitarra eléctrica, y practiqué, y formé un grupo, y aprendí a liar porros… y después de seis guitarras, dos amplificadores, dos armónicas, una caja de ritmos, y la circunstancia de que me echaran de mi grupo, llegué a la conclusión de que la cosa no era por ahí, no.

Probé con la pintura, y no se me daba mal, pero era muy aburrido pintar siempre las paredes de blanco, quizás si hubiera probado otros colores…

Quise ser director de cine, y realmente me enganchó el proceso creativo para crear una película. Descubrí que el cine era mucho más que comer palomitas.

Hice un corto con otros cuatro insensatos. No tardaron en salir los malos rollos, las envidias, las ostias… joder, parecía una versión temprana del Gran hermano, lástima no haber tenido más visión comercial.

Después de hacer el indio, literalmente, pues no teníamos suficientes extras, y me tuve que disfrazar de indio azteca y correr medio desnudo por un bosque del Penedès… Por cierto, nunca compréis vino Penedès del año 91, pues algunos payeses no superaron la experiencia, y se jodieron algunas cosechas.

Como decía, después de hacer el indio, y de presentar nuestro corto con cuatro finales alternativos, y del silencio unánime de los profesores y compañeros del centro, me tiré otra vez a las palomitas.

Por fin me decidí a escribir, no por nada, por simple eliminación.

No me considero inculto, pues leo bastante. Soy de los que le gusta leer en todas partes, especialmente en el WC. Siempre me llevo algún libro o alguna revista, para leer se entiende. Mis evacuaciones son tan largas que a veces olvido el motivo de mi visita. Si el apretón es tan fuerte que no me da tiempo a pillar algo, me leo las indicaciones de los champuses, los prospectos de los medicamentos…en un intento vano de estar al día en contraindicaciones, posologías, y la forma correcta de ponerse un condón.

Estaba convencido que con este bagaje cultural, tendría suficiente para empezar a escribir. Yo que sé el qué, un cuento, una historieta, una canción, cualquier cosa.

Como siempre me pierde la forma sobre el contenido, no conseguí escribir nada que valiera una mierda, pero la presentación la bordaba.

Decidí dejar que la vena artística siguiera durmiendo un poco más, y me puse a trabajar para olvidar.

Mi mujer, Akroon, empezó a escribir un blogg, donde contaba experiencias cotidianas, bajo los efectos de una sobredosis de Respibien, su droga favorita. Lo más curioso es que empezó a recibir comentarios de gente, que creo, sufrían traumas debido a una fuerte exposición a programas televisivos enfocados en la muerte y resurrección de la más grande de España. Poco a poco se fue creando una red de coleguitas virtuales. No estaba preocupado, pues tenía el tema del Respibien controlado, y estos “amigos” existían solo en su ordenador, pero un día pasó lo que más temía, querían conocerse en persona.

Insistí en acompañarla, pensando que así la podría proteger de estos seres. Estaba convencido que era una secta, que la quería para obligarla a escribir más bloggs a todas horas, sin importar si estaban emitiendo House, Los Simpson, o Anatomía de Grey. Yo estaba en lo cierto, pero solo al 50%, la víctima no era ella, que ya estaba enganchadísima, y no paraba de escribir a todas horas, y no solo bloggs, también SMS, emails, chats… pero nooooo, la víctima no era ella, era yo, pretendían que escribiera en un blogg. Pero yo era más fuerte, controlaba la situación a base de monólogos interminables, y estaba a punto de ganar, solo tenía que vencer la tentación de quedarme a desayunar, una cena sí, pero un desayuno podría ser fatal. De pronto sacaron unas magdalenas industriales, y cedí un poco, pero aún tenía alguna oportunidad, pero ellos sacaron el Paladín a la taza, y caí…

Este es mi primer post, no, espera, ahora que lo pienso, sí que había posteado anteriormente, era un post pre-internet, en la puerta de un baño público… pero esa es otra historia.