15.6.07

Un cuento chino

Humor amarillo, Sr. TakeshyMi padre está de Rodríguez, pues mi madre se ha ido a Australia, para estar con mi hermana, que se ha empeñado en repoblar las antípodas, y ha tenido otro bebé, cosa que no le perdono, pues ya está otra vez la familia: qué para cuando vosotros, qué si no sabes como se hace, no te hubieras matado a pajas de niño, que ya no te quedan soldaditos, y otras tonterías por el estilo… Pero en el fondo me alegro, por mi hermana, pues como ya es el segundo, imagino que ya la considerarán australiana con denominación de origen, y tendrá derecho a la bolsa marsupial, con lo que el próximo parto será más fácil y menos doloroso, a la par que práctico: para llevar a los críos, ir al super a por la compra, guardar las pinturitas, recoger caramelos en la cabalgata de los reyes…
Pues eso, que mi padre está de Rodríguez, y no os vayáis a creer que está triste, no que va, está como Dios: con sus comidas ricas en colesterol, con la presión más descontrolada que el vestuario del Barça, con control absoluto del mando de la tele, con el que se ha fusionado, mediante un extraño tejido mitad piel, mitad restos de pizza 4 estaciones, su favorita, con extra de queso, creando un bloque uniforme, indivisible, indestructible, y si tratas de separarlos, amenaza con fusionar la otra mano, con el pela patatas, arma que maneja a la perfección, pues tuvo una mili dura y larga, como las de antes.
El fin de semana, fuimos Akroon y yo a visitarlo, con el temor de que las ratas hubieran tomado el control de la casa, pero para nuestra sorpresa, la choza estaba en buen estado, no para superar un examen exhaustivo del mayordomo del algodón, pero lo suficiente como para que los ácaros no encontraran condiciones favorables para crear una de sus típicas colonias.
Manteniéndose firme a su filosofía de: “si no ensucias, no tienes que limpiar”, conservaba la casa, tal y como mi madre la había dejado, literalmente. Como mi madre conoce a mi padre, desde mucho antes que yo, astutamente, había dejado etiquetas adhesivas por toda la casa: En el horno, en la nevera, en la lavadora, en la cafetera, en el secador de pelo, etc., con sus correspondientes instrucciones de uso, y en cada una de ellas, en Arial Black 72 subrayado, había añadido el teléfono de los bomberos, por si acaso.
Para no traicionar su fe, y mantener la casa limpia una semana más, decidimos ir a comer afuera, y como era final de mes, Akroon y yo decidimos ir a un restaurante chino, que es más baratito.
Aunque es frecuente creer que todos los restaurantes chinos son iguales, a nosotros nos gusta uno en especial, porque el chino que lo dirige es muy simpático, es muy atento, tiene un buen nivel de español, lo que facilita la comunicación, pues de chino andamos flojos, y la cocina que hacen, es lo suficientemente buena, como para hacernos olvidar, todas las leyendas urbanas que hay en torno al controvertido tema de la total inexistencia de entierros chinos en nuestro país.
El chino que dirige el restaurante, no es tonto, y sabe muy bien que su clientela es poco formal, por lo que suele poner la tele, especialmente las noches que hay importantes acontecimientos deportivos, pero no esperaba que la tuviera encendida un domingo al mediodía. Como a mi me toco sentarme de espalda al televisor, no le di mayor importancia, y me puse a charlar con mi padre y con Akroon, cuando de repente, algo que salía de los altavoces del aparato, llamó mi atención: -“Takeshi, ahí está otra vez el Chino Cudeiro,…Takeshi, esta a punto de empezar la carrera…al turroooooooooooooooooooooooón!!!!”, ¿estaban los chinos realmente viendo HUMOR AMARILLO?, ¿era un brillante plan de marketing para dar más ambientillo?, ¿eran conscientes los chinos del restaurante, que HUMOR AMARILLO, es en realidad un programa japonés?, ¿os imagináis un restaurante español en China, donde pongan EL GRAN PRIX?, ¿Lo llamarían HUMOR BLANCO?...

Pues nada, como este post es más malo que el chiste aquel de: ¿que hace una china con un rubio?, y no espero que os motive lo suficiente como para hacer comentarios, os informo que este sábado cambio de número, fin de la crisis de los 40, por fin, con lo que podéis felicitarme efusivamente, con un comentario o dos, con lo que subirá un poco mi triste ranking de audiencia, que es bastante pobre, y si mucho os empeñáis, podéis hacer regalos en efectivo o en su equivalente en rollitos primavera.

8.6.07

Autoestima (1ª parte)

Sin duda alguna, me voy a autoproclamar el bloguero más vago en activo, vaya jeta.

Cuando acabé el último post, quería dejar pasar un poco de tiempo, para pensar, para ver mi vida desde una nueva perspectiva, para ver mi interior...¡que oscuro!, bueno, ya se sabe, la crisis de los cuarenta, y pensando y pensando, han pasado, ¿Cuánto?, ¿Tres meses?, joder!!! bueno, eso del tiempo es relativo, dice Einstein, no tiene importancia, lo malo es que no he pensado mucho, y tampoco he hecho demasiado, solo lo básico: Comer, cagar, dormir, ver House y poca cosa más…pero por lo menos he sido consecuente con el lema de mi blog: “El rincón de un vago condenado a vivir con prisas”…bueno, lo de no hacer nada de nada, tampoco es del todo cierto, en realidad he estado alimentando mi maltratado ego…antes de que os vayáis a otro blog, dejadme que os lo explique, por favor, sentaos otra vez.

Veréis, toda mi vida he tenido grandes problemas de autoestima, según mi madre, pequeños casi sin importancia, según mi criterio, que nunca me he valorado lo suficiente, insiste mi madre, que sí mama, me valoro, pero es que no me gusta competir, bueno, si al parchis…uno, dos, tres, cuatro, te mato, cuento veinte y te mato otra, pa tu puta casa, y cuento veinte más, dentro y cuento diez…es la única actividad que hace que emerja la bestia que hay en mi…pero ya hace tiempo que no juego, pues Akroon ha advertido a todos mis amigos, y ya nadie quiere jugar conmigo. Como os iba diciendo, pues me he dedicado a quererme más, que no quiere decir que me he matado a pajas, no, solo que me he empezado a valorar un poco más, ¿un ejemplo?, hummmmmmm, si, pues mira uno, os sitúo: Hará unos veinte años, me entró el gusanillo de la guitarra eléctrica, y empecé a tocar con amigos, y aunque éramos bastante malillos, nos lo pasábamos de puta madre tocando y sacando canciones, sin pretensiones, pero poco a poco, mis amigos fueron progresando, mientras yo me estancaba en un blues de dos notas. Mis amigos empezaron a formar bandas, a tocar en pequeños bolos, yo los acompañaba, como groupie, pero sin los favores típicos, y cuando terminaban de tocar, y las nenas venían a conocer el grupo, yo me arrimaba mucho, por lo del roce y el cariño, y todo iba bien hasta que alguna me preguntaba: -“¿también eres músico?” y cuando decía que no: -“No”, se apartaban de mi como si tuviera halitosis… Desde entonces, me daba no se que, decir que era músico, solo la palabra, me inspiraba mucho respeto, y consideraba, que solo unos cuantos elegidos, eran dignos de ser proclamados como tales…pero a partir de este breve periodo de introspección y autocontemplación, y teniendo en cuenta las inacabables e inaguantables ediciones de Operación triunfo, Popstar, Factor X, los clones de Alejandro Sanz, la enésima reedición dance del puto hombre lobo de la Unión, el continuo bombardeo borderline de los 40 principales, el amiguismo de los premios Amigo, etc., resumiendo, toda la basura musical que se gratina en este país, digo, hoy, 7 de junio del 2007, con dos cojones, ¡que yo también soy músico!…eso es autoestima, insensata y sin condón, sí, pero que bien me siento. Por cierto, mi manera de tocar no ha mejorado positivamente, pero he aprendido a valorar el uso de los auriculares, y solamente toco sin ellos, cuando el vecino de al lado pone la tele a toda ostia para ver “El Rondo” de la 2…